Las soluciones de analítica avanzada basadas en IA, las organizaciones mejoran la precisión y agilidad para prevenir las distintas modalidades de fraudes, un flagelo por el que se pierden casi 5 billones de dólares cada año en el mundo.
Según la Asociación de Certificadores de Fraude ACFE, cada año se pierden más de 4,7 billones de dólares en el mundo por actividades criminales y delitos financieros.
El aumento en el número de transacciones digitales, la aparición de más entidades financieras (Fintech), la lentitud con la que muchas veces se logran detectar las anomalías y la creciente participación de personas internas en las organizaciones abriendo puertas a los defraudadores, son algunas de las causas que han llevado a que los fraudes y delitos financieros hayan crecido a tasas superiores al 40 % en el último tiempo, explican los analistas.
“El impacto del fraude financiero en Latinoamérica es aún mayor al de otras regiones en el mundo”, explica Ricardo Saponara, experto internacional, Principal Advisory de Inteligencia de Seguridad y Fraude de SAS para Latinoamérica y Estados Unidos, y conferencista del 15o Congreso de Prevención de Fraude y Seguridad en Barranquilla 2022.
Según Saponara, la tasa de pérdida, es decir, el dinero que nunca se recupera tras un fraude en Latinoamérica es del 67 %, muy por encima del promedio mundial del 54 % y de regiones como Asia, en la que la tasa de pérdida es del 49 %.
“La sofisticación de los fraudes en una región como la latinoamericana exige cada vez más precisión y agilidad en las actuaciones tanto para prevenir como para reaccionar frente a las anomalías que se puedan presentar. Ante este escenario es que soluciones de analítica avanzada basadas en inteligencia artificial y machine learning están tomando un peso aún mayor en las organizaciones para prevenir los fraudes y tratar de reducir el impacto que este fenómeno tiene para sus finanzas”, destacó Saponara.
Enfocada en la prevención de fraudes, la analítica avanzada con capacidades de IA hoy en día está ayudando a las organizaciones a mejorar la aplicación de reglas de negocio, a la detección cada vez más temprana de anomalías, a analizar los vínculos que empleados puedan llegar a tener con bandas organizadas dedicadas a actividades fraudulentas, a analizar datos y situaciones incluso georreferenciadas y en tiempo real.
También a armar puntuaciones híbridas y establecer modelos analíticos que permitan establecer muy rápidamente qué situaciones se pueden tratar de manera automática y cuáles deben ser revisadas de manera específica y con mayor atención. Reduciendo, además, los falsos positivos (situaciones en las que se reportan y muchas veces se bloquean operaciones que no son habituales, pero que no configuran actuaciones de fraude propiamente dichas y sí terminan generando fricciones con los clientes).
Más inversiones en analítica e IA
Una encuesta realizada por ACFE y SAS a miembros de la asociación de examinadores de fraude en el mundo reveló que más de la mitad de las organizaciones han tenido que aumentar sus presupuestos de inversión en soluciones basadas en IA para tratar de prevenir el creciente número de fraudes a los que se ven expuestos.
“Técnicas probadas en el tiempo, como el informe de excepciones y la detección de anomalías, siguen siendo los pilares, sin embargo, los crecientes presupuestos tecnológicos y el salto del 150 % en la adopción de IA previsto para los próximos dos años indican que las organizaciones no se están durmiendo en sus laureles”, precisa el informe.
En la encuesta, cuando se les preguntó sobre el uso de soluciones analíticas puntualmente, casi todos los expertos consultados indicaron que fue altamente beneficiosa: lograron aumentar el volumen de transacciones revisadas o casos sospechosos de fraude identificados (99%); la oportunidad de detección de anomalías (98%); la eficiencia en la automatización de tareas que consumen mucho tiempo (98%); y la precisión general en la reducción de las tasas de falsos positivos (97%).
“Estamos en un momento de ajustes y de precisión financiera. Mejorar la prevención de fraudes no solo es una obligación desde el punto de vista de cumplimiento y regulación para las organizaciones, es también su sobrevivencia, su viabilidad, crecimiento y futuro. La utilización de soluciones analíticas y de inteligencia artificial es la forma en que las organizaciones están pudiendo contrarrestar la mayor sofisticación que cada vez tienen los defraudadores en el mundo”, concluyó Saponara.
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