En Colombia y la región, la oportunidad está marcada por el calendario. Los procesos electorales de 2026 obligan a cerrar brechas hoy, no después. Llegar a zonas remotas ya no es solo un reto logístico, es un factor de legitimidad democrática.
El obstáculo sigue siendo doble: conectividad limitada en regiones apartadas y una visión de seguridad que se queda en lo digital. Sin protección física ni respaldo energético, cualquier sistema queda expuesto.
La decisión de Bansat ha sido trabajar sobre soluciones pensadas para terreno real. Equipos fáciles de desplegar, autonomía eléctrica y transmisión segura diseñadas para operar donde no hay margen de error.
El resultado es un diferencial claro dentro del ecosistema electoral: complementar lo existente sin reemplazarlo, asegurando continuidad en la transmisión de información electoral y ampliando el alcance del sistema hacia donde antes no llegaba.