Para GlobalLogic, la oportunidad regional estaba clara: las empresas latinoamericanas comenzaron a migrar desde proyectos aislados de transformación hacia modelos de negocio basados en innovación continua.
Ese giro dejaba espacio para que la compañía jugara un rol más decisivo en la estrategia tecnológica de sus clientes. Sin embargo, el obstáculo era igual de evidente: la región necesitaba un liderazgo con músculo operativo y visión de largo plazo para sostener la escalabilidad. El retiro de Navarro abría una brecha que debía cerrarse con precisión, no con improvisación.
La llegada de Bainer responde justamente a esa necesidad. Su trayectoria en transformación organizacional y desarrollo de talento lo convierte en el tipo de líder que puede integrar tecnología, operación y cultura en un solo movimiento.
Su norte es claro: expandir soluciones de vanguardia y alinear la región con los planes globales del grupo. La expectativa no es menor. El mercado mira cómo este cambio puede consolidar nuevas capacidades en inteligencia artificial aplicada, un eje que promete diferenciar a GlobalLogic en los próximos años.
Y en ese contexto, su mensaje interno marca el tono de esta nueva etapa: “Este rol representa una gran oportunidad para generar un impacto significativo en la región, ayudando a las organizaciones a innovar mediante la adopción de tecnología y soluciones de inteligencia artificial. Mi compromiso es seguir construyendo entornos donde las personas y las ideas puedan prosperar juntas”.