Al comenzar el nuevo año, muchos colombianos se plantean metas financieras para potenciar su capital.
En este contexto, la educación financiera adquiere relevancia al enfatizar la necesidad de diferenciar entre ahorrar e invertir, y hacer ambas de manera consciente y fundamentada.
En la era digital, acceder a información sobre el manejo de las finanzas personales ayuda a entender mejor el mercado e identificar oportunidades y riesgos de inversión, aspecto vital para incrementar el patrimonio, resguardarse de la inflación y descubrir nuevas vías de ingreso en un entorno cambiante.
Considerando la volatilidad económica y política en Latinoamérica, es valioso para los inversores colombianos diversificar su capital internacionalmente. Mirando hacia este 2024, entre las opciones de inversión se encuentran fondos de inversión y ETFs, criptomonedas, acciones y bonos de empresas líderes en tecnología con gran potencial de crecimiento y el sector de bienes raíces.
Por un lado, invertir en el sector de las tecnologías verdes y energías renovables, tales como la solar y la eólica, se ha convertido en una opción prometedora debido a la urgencia global por alternativas sostenibles ante los combustibles fósiles. Las tecnologías verdes incluyen desde paneles solares hasta turbinas eólicas, que buscan minimizar el impacto ecológico y potenciar la sostenibilidad.
La inversión en el sector de las tecnologías verdes y energías renovables puede realizarse a través de diversos instrumentos financieros, desde comprar acciones de empresas líderes en innovación hasta participar en fondos de inversión especializados o adquirir bonos verdes que financian proyectos sostenibles.
Cada opción de inversión ofrece distintos niveles de riesgo y retorno, reflejando la heterogeneidad del sector. Es crucial para los inversores entender estos matices para alinear sus carteras con sus objetivos de sostenibilidad y rendimiento económico.
Las criptomonedas y activos digitales también representan una opción interesante para los inversores aventureros y pese a que han atravesado un periodo prolongado de bajo rendimiento, recientemente han mostrado buenos signos de recuperación.
Sin embargo, es relevante reconocer que este mercado sigue presentando una alta fluctuación, lo que requiere un enfoque cauteloso en la inversión.
Los fondos de inversión y los ETFs (Fondos Cotizados en Bolsa) son herramientas financieras diseñadas para quienes buscan diversificar su cartera combinando una amplia gama de activos, como acciones y bonos, para reducir el riesgo de concentrar el capital en una sola inversión. Son ideales para quienes desean acceder a diferentes mercados, incluyendo sectores tradicionales y emergentes como las tecnologías verdes.
Por otro lado, la inversión en startups apela a quienes buscan apoyar la innovación y obtener potencialmente altos retornos, enfocándose en nuevas empresas que proyectan un gran potencial de crecimiento.
Aunque esta última opción ofrece la posibilidad de recompensas significativas a largo plazo, viene con un mayor nivel de riesgo debido a la incertidumbre inherente a los negocios en desarrollo. Entre los rubros que se encuentran en auge, se encuentran, inteligencia artificial (IA), biotecnología, y fintech, cada una abordando distintos desafíos y ofreciendo soluciones innovadoras.
Los bienes raíces en Estados Unidos se destacan como una opción estable y confiable, especialmente atractiva para inversores de todo el mundo que buscan potenciar su capital en el extranjero.
Particularmente, destaca el Real Estate Multifamily y el Industrial, los dos sectores inmobiliarios americanos con mayor volumen de inversión total de los últimos años. Las propiedades multifamiliares, aquellos complejos de múltiples apartamentos de alquiler, son atractivas por su capacidad de generar distribuciones a través del total de las unidades, lo cual no solo diversifica las fuentes de ingreso, sino que también minimiza el riesgo de vacancia.
Por el lado de las propiedades industriales, como almacenes, espacios de logística y fábricas, se caracterizan por tener contratos de arrendamiento largos, lo que ofrece estabilidad y previsibilidad en los flujos de ingreso.
Una novedosa forma de acceder a estos sectores, es la posibilidad de obtener una cuotaparte de estos negocios inmobiliarios, tal como facilita Dividenz, en lugar de optar por la compra total de inmueble, lo cual resultaría considerablemente más costoso.
Esta modalidad permite a los inversores destinar su capital en propiedades que ya se encuentran alquiladas y construidas, y así poder diversificar su cartera, reduciendo el riesgo general y brindando una participación más flexible en el sector de bienes raíces.
Dividenz es una plataforma creada para simplificar el proceso de inversión en bienes raíces en Estados Unidos. Permite a los latinoamericanos acceder a productos financieros del mercado multifamiliar e industrial, monitorear sus rendimientos y generar utilidades en dólares que serán acreditadas directamente en su cuenta. Un aspecto notable es que no es necesario tener experiencia previa en la industria de los bienes raíces, ni viajar, ni conocer las propiedades en persona, lo que ilustra la influencia de la tecnología en el sector de las inversiones crossborder.
“La tecnología ha revolucionado la forma en que interactuamos con el mundo financiero, borrando efectivamente las fronteras geográficas. Esta evolución ha sido especialmente significativa para los latinoamericanos, quienes ahora tienen la capacidad de acceder a mercados que antes podían parecer inalcanzables.
Ya no estamos limitados por la proximidad geográfica; los productos financieros se han expandido, permitiendo explorar y aprovechar oportunidades según los objetivos y perfiles de cada inversor”, comenta Iván Chomer, CEO de Dividenz.
En conclusión, el panorama para los inversores colombianos en 2024 se presenta amplio y prometedor, ofreciendo un abanico de opciones que van desde fondos de inversión y ETFs, hasta sólidos negocios en el sector inmobiliario de Estados Unidos.
La diversificación emerge como un principio fundamental en esta era de posibilidades ampliadas, permitiendo distribuir el capital en una variedad de sectores y geografías. Esta estrategia no solo maximiza el potencial de retornos, sino que también juega un papel crucial en la minimización de riesgos.