Empresas no están reportando correctamente a proveedores tecnológicos

Sovos Saphety advierte sobre un fenómeno silencioso: el cumplimiento técnico no garantiza trazabilidad fiscal.

Sovos Saphety, proveedor tecnológico autorizado por la DIAN y especialista en soluciones de cumplimiento fiscal, alerta sobre un fenómeno silencioso que está afectando a empresas en todo el país: errores tributarios que no obedecen a evasión, sino a fallas de integración entre lo contable, lo tributario y lo tecnológico.

“Este escenario no es exclusivo de Colombia. En países como México, Brasil y Chile, la transición hacia la contabilidad electrónica plena mostró el mismo patrón: altos niveles de adopción formal, pero con brechas críticas en la integración interna de datos. Lo que vemos en Colombia es una curva de maduración digital. El primer paso fue emitir electrónicamente; el segundo, que ya estamos enfrentando, es garantizar que todo el ecosistema empresarial esté conectado y hable el mismo lenguaje de datos”, explica Karoll Cuadros, gerente de Comercio Electrónico y experta en facturación electrónica de Sovos Saphety.

¿Por qué cumplir con la DIAN ya no es suficiente si tu sistema contable no refleja lo mismo?

A pesar de que la mayoría de las compañías formales en Colombia ya operan con facturación electrónica, la DIAN ha intensificado en el segundo semestre de 2025 sus acciones de verificación, detectando discrepancias entre lo que se reporta electrónicamente y lo que reflejan los sistemas contables de los contribuyentes.

“El cumplimiento normativo no puede verse como una carga, sino como una oportunidad para optimizar procesos internos y aumentar la competitividad. Cuando las empresas integran correctamente sus sistemas, no solo evitan sanciones, sino que obtienen datos más confiables para tomar decisiones estratégicas”, señala Cuadros.

Cinco alertas clave que identificó Sovos Saphety

1. Trazabilidad rota: el nuevo dolor de cabeza tributario

Emitir facturas electrónicas ya no basta. Cuando el sistema contable y el proveedor tecnológico funcionan como canales aislados, los datos viajan por rutas paralelas que nunca se cruzan, generando inconsistencias invisibles para la empresa… pero no para la DIAN.

Estas inconsistencias pueden detonar requerimientos formales, fiscalizaciones preventivas o sanciones, incluso si la facturación se emite correctamente. El mensaje es claro: sin trazabilidad, no hay cumplimiento real.

“En muchos casos, la empresa no descubre el problema hasta que recibe un requerimiento. Una integración sólida entre lo contable y lo electrónico es hoy una barrera preventiva que evita dolores de cabeza legales y financieros”,agrega Cuadros.

2. Contexto regulatorio: una DIAN más predictiva y digital

Con la Resolución 000202 de abril de 2025 y antecedentes como la 000165 de 2023, el control fiscal en Colombia es ahora más automatizado que nunca. Cruces de datos, inteligencia artificial y alertas en tiempo real permiten detectar irregularidades sin visitas presenciales.

La interoperabilidad entre ERP contable y proveedor tecnológico dejó de ser opcional: es requisito operativo.

“La DIAN no solo revisa si emitiste la factura; revisa si todo el ecosistema de información coincide. Las empresas que no actualicen su arquitectura tecnológica estarán siempre un paso detrás del regulador”, advierte Cuadros.

3. Una fiscalización que ya no espera errores humanos

En 2025, cualquier diferencia entre lo que recibe la DIAN y lo que maneja internamente la empresa puede activar una revisión. Las compañías con múltiples plataformas, desarrollos a medida o procesos contables no adaptados a la trazabilidad digital son las más expuestas.

“El margen de error en la facturación electrónica es prácticamente nulo. Cuando la información contable y la electrónica no se articulan de manera precisa y oportuna, la empresa se expone a sanciones, pérdidas operativas y un deterioro de su reputación corporativa”, señala Cuadros.

4. Radiografía del error invisible

  • El patrón se repite:
  • Se emite correctamente la factura electrónica.
  • Se contabiliza en otro flujo.
  • Se reporta algo distinto a la DIAN.
  • Nadie lo detecta… hasta que llega el requerimiento.

5. Lo que está en juego: reputación y beneficios fiscales

Más allá de sanciones económicas, la DIAN ya clasifica a contribuyentes según coherencia, historial y trazabilidad. Una mala calificación puede limitar devoluciones de saldos a favor o acceso a programas de cumplimiento diferencial.

“La fiscalización digital no va a retroceder, solo se volverá más exigente y predictiva. Las empresas que hoy inviertan en trazabilidad integral estarán blindadas frente a contingencias y listas para competir en un mercado que premia la coherencia de la información”, concluye Cuadros.

www.saphety.co