La creciente población mayor genera demanda de productos y servicios adaptados, tales como soluciones de cuidado, salud, movilidad, entretenimiento y tecnologías diseñadas para mejorar su calidad de vida y la prevención a la dependencia, abriendo un mercado con gran potencial económico para la región.
América Latina y el Caribe se encuentran en el umbral de un cambio demográfico que redefinirá las prioridades económicas y sociales de la región; así confirma el estudio La economía plateada en América Latina y el Caribe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el cual indica que para 2050 más del 27.5 % de la población, aproximadamente 208.5 millones de personas, tendrá más de 60 años.
En esa línea, el informe del BID Prevalencia de la dependencia funcional entre las personas mayores en 26 países de América Latina y el Caribe, señala que en 2020 8 millones de personas mayores en la región necesitaban asistencia diaria debido a su dependencia funcional, asimismo, se espera que esta cifra alcance los 23 millones en 2050.
Lo anterior, además de plantear algunos desafíos significativos, representa una ventana de oportunidades para generar un impulso económico crucial en la región a partir de nuevos modelos de negocio enfocados en el cambio de la pirámide poblacional de América Latina y el Caribe, antes dominado por jóvenes, cuya premisa ahora sería la economía plateada.
La economía del cuidado es uno de los sectores más prometedores de esta transformación, ya que combina servicios de atención, tecnologías asistivas y formación de cuidadores. Con el aumento de la población dependiente, la necesidad de servicios formales y accesibles se vuelve urgente, lo que abre la posibilidad de generar millones de empleos en un sector que ha sido tradicionalmente informal y subvalorado. El BID estima que la formalización del cuidado podría mejorar las condiciones laborales y ofrecer estabilidad a los trabajadores, principalmente mujeres, que han desempeñado estos roles sin remuneración.
«La transformación de la economía del cuidado es crucial no solo para satisfacer las necesidades crecientes de la población mayor, sino también para impulsar un crecimiento económico sostenible en nuestra región», afirma María Andrea Orduz, coordinadora de Región Plateada. «Es vital que veamos el envejecimiento como una oportunidad para innovar en servicios y productos que mejoren la calidad de vida de las personas mayores, al tiempo que creamos empleos formales y fomentamos la inclusión social.»
En este contexto, la Fundación Arturo Sesana, BID Lab, el laboratorio de innovación y venture capital del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en colaboración con el BID, el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) y el Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE), han creado Región Plateada, el primer fondo multilateral destinado a financiar proyectos innovadores que mejoren los servicios de cuidado y la prevención a la dependencia de las personas mayores de 60 años en la región.
Dicho proyecto tiene como objetivo identificar 30 proyectos enfocados en mejorar la oferta de servicios de cuidado de larga duración, prevenir la dependencia de las personas mayores y formar a los cuidadores. Los seleccionados recibirán un programa de aceleración empresarial y alrededor de 4 de estos podrán recibir financiamiento hasta por US$100.000.
Con un enfoque en la sostenibilidad y la inclusión, la economía plateada y del cuidado se perfilan como sectores clave para garantizar que las personas mayores en América Latina y el Caribe no solo reciban los cuidados necesarios, sino que sigan contribuyendo activamente al desarrollo económico de la región. Invertir en estas áreas es no solo una respuesta a un desafío inminente, sino también una oportunidad para generar prosperidad y bienestar a largo plazo.