La generación hidroeléctrica en Colombia, que es la principal fuente energética, ›depende de las condiciones climáticas. Este año, la falta de lluvias ha reducido el caudal de los ríos y los niveles de embalses.
El clima juega un papel importante en la dinámica y variación de la bolsa de energía y por ende en los precios del mercado. La sequía que se ha vivido este año ha sido una de las peores en los últimos 25 años, reduciendo significativamente los niveles de los embalses, obligando a recurrir a la generación térmica y elevando así los precios del mercado. Evidenciando la necesidad de tener fuentes menos dependientes del clima para asegurar la sostenibilidad y estabilidad del mercado e incluso mejorar la complementariedad de las fuentes renovables. El impacto en los precios de la bolsa de energía se da cuando la generación hídrica se ve comprometida, y se recurre a la generación térmica, que es más costosa y tiene un impacto directo en los precios del mercado eléctrico.
Según cifras de XM, los embalses del país están al 65.83% de su volumen útil. Este porcentaje refleja la capacidad disponible en almacenamiento de agua en el sistema hidroeléctrico, un indicador clave para la planificación energética del país y la sostenibilidad del suministro, especialmente en épocas de alta demanda o posibles fenómenos climáticos.
Actualmente, cerca del 70% de la generación de electricidad en Colombia depende de fuentes hidroeléctricas. Sin embargo, las intensas olas de calor y la prolongada sequía, que ya se consideran entre las más graves en los últimos 25 años, están llevando al límite la capacidad de respuesta del sistema. La demanda energética también ha aumentado un 5.7% en lo que va del año debido a las temperaturas inusualmente altas, lo que presiona aún más los precios y la estabilidad del suministro, informó XM, operador del mercado eléctrico colombiano.
Ante este escenario, el Mecanismo de Confiabilidad Energética, creado para garantizar el abastecimiento en tiempos de escasez, ha promovido una mayor participación de la generación térmica, aunque la recuperación de los embalses avanza a un ritmo más lento de lo esperado. Las autoridades energéticas han respondido adaptando regulaciones para agilizar el despacho térmico y asegurar el suministro, pero el impacto en los costos es inevitable.
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Uno de los principales desafíos es la necesidad de asegurar el suministro y la estabilidad del sistema durante periodos de escasez hídrica hacia fuentes renovables que no dependen del clima, como la solar y eólica.
y es que la mayoría de las fuentes de energía renovable dependen directamente del clima, lo que las hace susceptibles a variaciones meteorológicas y fenómenos extremos. Por ello, es fundamental que los recursos energéticos del país sean complementarios, permitiendo una combinación eficiente que garantice estabilidad en el suministro. Además, contar con mejores herramientas de pronóstico climático es clave para anticipar y gestionar posibles riesgos de desabastecimiento, asegurando así una transición energética sostenible y resiliente.