Un 46% de los beneficiarios del programa Empropaz, de Bancamía y USAID, lograron superar la línea de pobreza

Más de 10.400 personas (83% viven en entornos rurales y 41% manifiestan haber sido víctimas del conflicto) generaron habilidades, muchas de ellas digitales, en temas claves para la sostenibilidad de los negocios 

Pese a que el mundo ha logrado durante las últimas décadas importantes avances tecnológicos, científicos y económicos, avanzar en una reducción significativa de la pobreza continúa siendo una enorme tarea por resolver. Tan solo en América Latina, de acuerdo con el Banco Mundial, un tercio de la población está en condición de pobreza y cerca de un 32% se ubica en un segmento de vulnerabilidad. A su vez, en Colombia, según el DANE, para el cierre de 2023, un 33% de los habitantes del país estaba en pobreza monetaria (cerca de 16,7 millones de personas) y un 11,4% en pobreza extrema.

Es por ello que, en el marco del Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza (que conmemora las Naciones Unidas cada 17 de octubre), se pone el foco sobre la necesidad de continuar promoviendo acciones que contribuyan a brindar oportunidades para mejorar de forma sostenible las condiciones de vida, especialmente, de la población más vulnerable.

En este contexto, Empropaz, programa liderado por Bancamía -entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA-, en alianza con USAID, junto con la Corporación Mundial de la Mujer Colombia y la Corporación Mundial de la Mujer Medellín/ De Mis Manos, lleva 6 años trabajando para que los pobladores de 92 municipios afectados por la violencia y la pobreza tengan un acompañamiento desde lo formativo y la inclusión financiera para lograr el nacimiento de nuevos negocios y el fortalecimiento de las microempresas como un camino para transformar sus realidades.

Así, el programa ha logrado acompañar a más de 216.000 emprendedores y microempresarios: un 59% de ellos son mujeres; un 34% cuenta, a lo sumo, con educación primaria; y un 87% vive en condiciones de vulnerabilidad económica. La intervención de estas poblaciones muestra resultados en las condiciones de vida de los participantes en Empropaz quienes han reportado que las ventas de sus negocios crecieron un 13% y los excedentes derivados de su actividad económica se incrementaron en un 31%. Otro resultado clave es que los activos de los beneficiarios han repuntado un 17% desde el comienzo de esta iniciativa.

“En los territorios donde está Empropaz hemos podido medir el impacto en la vida y negocios de los beneficiarios, logrando evidencia que al terminar su ruta de acompañamiento un 46% de los emprendedores y microempresarios del programa logró salir de la línea monetaria de pobreza: esa es la mayor muestra del aporte al desarrollo, basados en educación, inclusión, acompañamiento y un modelo integral de intervención en los territorios que empieza desde antes de entregar un producto financiero para conseguir un impacto real y sostenible en el tiempo”, aseguró Miguel Achury, gerente de Empropaz.

Este proceso de apoyo que ya muestra resultados tangibles en el propósito de acompañar la salida de la pobreza de las personas de menores recursos, se hace vivo en las historias de miles de microempresarios como Francisco Guevara, beneficiado por Empropaz, quien a pesar de venir de una familia de escasos recursos y enfrentar desafíos a lo largo de su vida como sufrir el síndrome de Guillain-Barré, encontró en el camino del emprendimiento la forma para dejar atrás las condiciones de pobreza. Hoy es dueño de una unidad productiva que ofrece más de 20 productos de panadería en la vereda La Joya del municipio de Puerto Caicedo (Putumayo). Allí pudo construir su casa propia y adecuar lapanadería ‘El Yarumo’ para darle un futuro estable a su familia. 

Esta capacidad emprendedora de Francisco fue potenciada con el acompañamiento del programa Empropaz, una iniciativa fruto de la alianza entre el sector privado y la cooperación internacional, la cual le ha ofrecido a emprendedores y microempresarios vulnerables posibilidades de desarrollar habilidades empresariales con formación especializada, construir planes de negocio con asesoría personalizada y acceso a microcréditos productivos que les permitan abrir nuevos negocios o fortalecerlos. 

Francisco tuvo conocimiento de Empropaz durante la pandemia gracias a Bancamía, entidad con la que logró préstamos para comprar maquinaria y apalancarse financieramente. Este emprendedor relata que por medio de las capacitaciones empresariales recibidas adquirió los conocimientos para “identificar muchos factores que pueden afectar los negocios y otros que pueden, por el contrario, ayudar a mejorarlos”. Por ejemplo, manifiesta que “llevar la contabilidad de una manera correcta me permitió aún en los momentos difíciles sacar a flote el negocio y también aprovechar más los momentos buenos”. 

Así como en el Putumayo, donde se presentan contextos de pobreza y falta de acceso a servicios básicos como la educación, en los otros 16 departamentos atendidos por el programa, más de 10.400 personas (83% viven en entornos rurales y 41% manifiestan haber sido víctimas del conflicto) generaron habilidades, muchas de ellas digitales, en temas claves para la sostenibilidad de los negocios como: finanzas, marketing, creación de nuevos productos, planificación de proyectos, entre otros. 

De este grupo de 10.400 personas, más de 1.500 (de las cuales un 54% son mujeres jefes de hogar) fueron beneficiadas con oportunidades para el crecimiento de sus negocios a través de la modalidad virtual del programa, la cual apoya a emprendedores ubicados en zonas lejanas de 12 municipios del país.